La Locomotora (Cinefilia Mon Amour)

Les dejo la selección de artículos publicados en la web http://www.cinefilia.tv, el nacimiento de esta Locomotora.

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La locomotora: un viaje por la Historia a 24 fotogramas por segundo.

A todos los que hoy deciden emprender esta travesía, bienvenidos. Este será de aquellos viajes aventureros, donde cada parada nos deparará un nuevo horizonte repleto de nuevos paisajes, culturas, hechos, e historias. Y más que nunca de historias. De aquéllas que nos contaron como reales y de las que siendo ficción generaron nuestras construcciones reales. Y es que éste, será un doble viaje: un paseo por la historia que el cine nos ha contado a través de su evolución como arte e industria, como medio de expresión y de comunicación, como entretenimiento y como instrumento; pero también un recorrido por lo que la Historia ha dejado en el cine a través de la mirada de sus realizadores. La historia del cine y, el cine como testimonio de la historia.

“Toda película es un contra-análisis de la historia oficial”, dijo Marc Ferro, y es sabido que ninguna expresión artística, cultural y social de la humanidad es factible de ser separada de su entorno y contexto, y qué es el cine, sino un recorte constante de ideas e historias que nos han querido contar aquellos que han decidido ser voceros de su tiempo. Más aún, qué es el cineasta, sino un creador-testigo que decide compartir su visión del mundo, o simplemente hacernos cómplices de las más locas creaciones provenientes de su inventiva, resultado de las angustias y alegrías que vive, de los sueños que anhela y de la imaginación que sus vivencias le han permitido echar a volar

No en vano hombres como el ya citado Marc Ferro, Siegfried Kracauer, y Pierre Sorlin dedicaron libros enteros en analizar la manera en que estas dos palabras se vinculan: cine e historia. Las imágenes que han llenado las pantallas a lo largo de todos estos años, no han tenido como objetivo más que el manejo de la realidad: la han creado, re-creado y transformado. Y de eso hemos sido, manifiesta o tácitamente, partícipes.

Hoy subiremos juntos a esta Locomotora y haremos este viaje que irá encontrando sus paradas a los largo de estos más de cien años de cinematografía que ya nos han legado, recorriendo directores; los conocidos, los renombrados, los económicamente exitosos y los que no, los olvidados, los que nos han legado lenguaje, mundos, locuras, sentimientos. Pasaremos por los hombres y mujeres desde Francia y Hollywood hasta esta Latinoamérica sedienta de contar sus peripecias. Recorreremos géneros, no-géneros, estilos, corrientes y experimentos. Sacaremos de la galera desde un olvidado cortometraje de Alice Guy Blaché hasta las más increíbles superproducciones ganadoras de Oscars, Palmas y Globos de Oro. Redescubriremos los orígenes y el devenir de este invento que se convirtió en negocio y en arte, y en industria, y en instrumento social, y en pasión.

Nuestras paradas rozaran constantemente este paralelismo: el cine y su historia, la historia en el cine. Iremos desde la era precristiana de las historias bíblicas hasta las leyendas orientales, las guerras, las conquistas, la reconstrucción de los momentos que jamás serian captados por una cámara, hasta aquellos que fueron hechos por cámaras y resignificados por ella.

El cine es hoy un fenómeno social. Ha pasado de ser el entretenimiento de las masas en los nickelodeon, hasta ser utilizado por los grandes poderes para confeccionar pensamientos, construir y difundir verdades como en la otrora URSS, la República de Weimar y para que ir más lejos, incluso hoy con nuestra archi conocida Hollywood. Como industria ha entregado su producto a millones alrededor del mundo, ha construido conceptos, estereotipos de cómo ser, como amar, como y de quien enamorarnos;  nos ha dado el ejemplo a seguir de las relaciones felices, la receta de los buenos negocios, nos ha enseñado de que reírnos y ha erigido su lenguaje y su mundo en nuestras mentes. El cine ha sido el ojo de la cerradura a través del cual espiamos la realidad que empezamos a querer; ora idealizando un Romeo o una Julieta en los rostros de nuestros Pablos o Griseldas de la vida,  ora esperando a un James Bond cuando denunciamos un robo en el subte, o quizá simplemente edificando nuestros modelos de vida en las bases de las historias que, para bien o para mal, hemos aprehendido.

Pero el cine ha tenido también su Hora de los Hornos, ha dado el grito de libertad y abierto mentes para aquellas cosas de las que jamás se hablaba, ha derribado tabúes y expuesto realidades, ha denunciado, criticado, satirizado; ha puesto la mirada en hechos que estaban escondidos hasta entonces, ha construido metáforas que han resignificado las historias que nos han contado.

Aquí reviviremos el cine con mirada masculina y el de ojos femeninos, el conocido y el distinto, aquél que idealiza pero también el de los dolores y amores reales. El Bollywoodiano, el de corazón latino, el migrante, el militante, el de afuera, el nuestro y el desarraigado. El que tiene etiqueta y el que las rechazo. El que encajó y el que nació por no encastrarse. Vamos a tocar este cine que ha sido mirada y voz, testimonio y testigo, creación y creatura.

Esta locomotora es un poco más intensa que el DeLorean, y casi tan magnifica como aquella que se llevó la última entrega de los viajes de Mc Fly. Es aún más poderosa que el tren que casi arrolla a los primeros testigos de los Lumière, y casi tan imparable como la imaginación de los miles de directores que nos han regalado sus mundos. A una perfecta velocidad de 24 fotogramas por segundo, sosténganse de lo que puedan, vamos a recorrer estos cuasi 120 años de cine en el mundo, de la mano de cada uno de aquellos magos que desde y antes de Méliès, supieron sorprendernos con su talento materializando fantasías o recrudeciendo realidades,  visitaremos a los muchos Ed Woods incomprendidos y a tantos no premiados cerebros que han hecho pantalla e historia. Desde los más remotos rincones hasta donde el cine nos pueda llevar… suban todos, y prepárense para el primer destino.

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