Estación VIII INDIES

Los indies

Bienvenidos nuevamente a bordo de esta Locomotora. Luego de un mantenimiento en la maquinaria aquí estamos una vez más, listos para emprender viaje.  A sujetarse que el destino hoy es ambiguo y sorprendente, hoy estamos libres de trayectos precisos, estructuras y planes. ¡Independencia!

Puesta en marcha y aquí vamos. A su derecha verán la fauna y flora característica de este cine que todos consumimos, disfrutamos, calificamos y vivimos. Pero a la izquierda… ahí está la maraña entretejida de bosques donde vamos a meternos hoy, mochilas a cuestas, para descubrir lo que nos depara el camino fuera de los rieles. Digan “Hola” al cine independiente. (¡Epa!) Veo caras raras y algunos intentos de huida… No está permitido descender de un tren en movimiento. Vamos a entrar bien a fondo, pensemos juntos la onda de lo indie.

El cine independiente hoy es un tema que da que hablar por dos motivos. El primero es que, este cine atraviesa una cuestión histórica que ha ido mutando, a través de los años y de la evolución del cine y su ámbito. El segundo motivo se centra, en que actualmente ha quedado en la nebulosa (no solo en el cine) eso de lo “independiente”. Pues bien, vayamos por parte.

El cine independiente, históricamente se llamó así en Estados Unidos, por enfrentarse al sistema “oficial” liderado por Edison a través de la  MPPC (Motion Pictures Patents Company); esta institución monopolizaba las patentes, e imponía a la producción cinematográfica altos impuestos y una serie de reglas, permisos, censuras y limitaciones. Pero a toda regla hay excepciones, y esos fueron los independientes. Mas esa no es la única posibilidad del término.

En Europa, las vanguardias cinematográficas hicieron a un lado el uso del lenguaje y recursos que venía imponiendo el cine llamado comercial, es decir, el realizado y producido por las grandes productoras; y no solo decidieron producir sin el amparo de estas grandes firmas, sino que también decidieron romper los esquemas artísticos y técnicos. Los surrealistas optaron por crear en base a nuevos paradigmas, los soviéticos más allá de tener un cine por mucho tiempo solventado por el Estado, rompieron las reglas de lo convencional a punto de crear nuevas escuelas, lenguajes y teorías cinematográficas enteras con el Cine Ojo de Vértov o las ideas magistrales de Eisenstein. Los de la Nueva Ola, los expresionistas, los que privilegiaban el ritmo y el movimiento por sobre la narrativa y la lógica; todos rompieron cadenas y se hicieron independientes.

En la América que empieza donde termina Estados Unidos la situación fue un tanto diferente. El cine nace independiente, y muy lejos del star system, el cine crece de manera diferente. A pesar de que en Argentina por un tiempo la Lumiton emuló el sistema de producción norteamericano, y otras productoras siguieron también el ritmo; con el tiempo, las circunstancias políticas y los intereses propios de los latinoamericanos hicieron con que su cine reflejara cada vez más su raíz y mostrara su verdadera cara: un cine menos suntuoso pero muy comprometido consigo mismo, con historias propias salidas de y para su gente; un cine que con el tiempo se hizo social, testigo, mágico y de denuncia; profundo, cuestionador y filosófico. Latinoamérica también fue cine independiente.

De esta forma, con la evolución del cine y del mundo, históricamente el concepto “independiente”, que desde su nacimiento fue distinto en cada lugar, también cambió de acepciones y significados, hasta llegar a ser motivo de largas e intensas discusiones, casi siempre relacionadas al cuestionamiento: ¿qué es hoy, el cine independiente? Pues a mi criterio sigue siendo lo mismo, cada una de esas acepciones en una sola. Se ha dicho que es un nuevo “género” utilizado como recurso para vender. Creo que puede que sí, sea una manera de categorizar un tipo de films, pero es más que eso, mucho más. El cine independiente no es solo un género, no es un estilo, un recurso o una vertiente; es más bien una postura y hasta el reflejo de una ideología quizá. Es un glosario de muchas cosas. Para empezar partamos de la siguiente pregunta:

¿Independiente de qué?

                De la misma manera que hace décadas atrás, hoy sigue llamándose “ independiente” a aquél film nacido fuera de grandes productoras, el que está ajeno a los grandes presupuestos que manejan los monstruos hollywodianos. Es independiente de ese sistema que le impone tiempos, patrocinadores, actores estrella, condiciones de rodaje o de cualquier otro tipo. Pero esto no quiere decir que los indie no manejen también muchas veces presupuestos millonarios, se lleven Oscars y pongan a figuras como Brad Pitt en sus elencos.

Otra cuestión es aquella que dice que el cine independiente no es comercial; que es para unos pocos o que debe ser hecho a presupuesto cero. Sería entonces, ¿independiente de qué? ¿de público, seguidores, plata y gente? Creo más interesante pensar que no es comercial, pero solo porque es difícil llegar allí, porque no encaja en el standard; pero no que porque su meta como film sea la escases o “algunos elegidos”.

La siguiente parada  es la temática y la manera. Anteriormente tan censuradas las cuestiones a tocar, hoy cada día más libres, pero no por ello más masivas. Aun así, el cine independiente también marca su diferencia cuando se da la posibilidad de contar lo que habitualmente no se cuenta; y contarlo como quiere, no como se estila.

En síntesis queridos viajantes; el cine independiente es a mi criterio todo lo que dicen que es, y un poco más. Un cine libre de alguna cosa, pero talvez no de todo. Es allí donde la independencia toma formas, al fin de cuentas, ¿nos fuimos de casa todos de la misma forma acaso? ¿O es que la independencia se la tomó cada uno como mejor pudo, quiso o se le dio?

Independientes. Libres. De las reglas e intromisiones en el guión, de las condiciones de la productora, de las cadenas estandarizadas de planos y secuencias y sus puestas de cámara, de las historias, tendencias y actores de moda. Simplemente directores y equipos libres de contar lo que quieren como quieren; esos hacen al cine independiente. Más allá de sus recursos técnicos y económicos, temáticas o sellos. Todo eso y nada de eso.

En esta bolsa entran desde el novel director cuya Opera Prima estrena en el Centro Cultural de tu barrio, hasta Quentin Tarantino con su Pulp Fiction; muchas facetas de un solo criterio. Y como dicen en el barrio, “el que mucho abarca poco aprieta”, hoy vamos a quedarnos en el indie estadounidense, y así les dejo posibilidades de que de paso, me recomienden sus propuestas interesantes para las próximas estaciones, cuando viajemos a otros lugares del mundo a visitar sus independencias propias.

Vayamos entonces para arriba en el mapa, hasta el Festival de Sundance en Utah, EEUU. Creado en 1978 como un espacio para realizadores de cine independiente, es la cuna desde donde han salido títulos como Memento, American Psycho, Reservoir Dogs, Diario de Motocicleta, In Brujas y la más reciente Bestias del Sur Salvaje. Los invito a investigar la página del festival, donde se encontrarán con maravillosas sorpresas dignas de ser vistas.

Muchas películas independientes han sido generosos éxitos de taquilla para sus realizadores, partiendo de la singular y revolucionaria The Blair Witch Project; otras a pesar de muy buenas, han construido el culto en torno a la cinta luego de años del estreno, pero nunca tuvieron reivindicación monetaria. La lista de las mejores películas independientes según la IMDb, incluye a directores que hoy son conocidos por hacer cine de autor o de culto, como Christopher Nolan, Spike Lee, Michel Gondry, David Lynch, Quentin Tarantino, Alfred Hitchcock o Stanley Kubrick; con lo cual sin lugar a dudas podemos definir que la línea entre todas estas categorías: indie, de culto, comercial o de autor; es tan fina como escurridiza. Lo real es que la calidad, es la calidad, y las buenas películas no necesitan categorizarse.

Para verlo y disfrutarlo, les propongo como siempre una selección de algunas independientes de todo tipo y para cada gusto, tratando claro de dejar de lado las más vistas y conocidas, las cuales sabemos pueden encontrar a un clic en la web.

The men from the Earth. Película del año 2007, no fue estrenada en circuitos comerciales, pero puede encontrarse en la web, su Director es Richard Schenkman. Son 85 minutos de una película que pasa totalmente por la interioridad de los personajes. Rodada en un solo lugar y teniendo como conflicto el tema central de la conversación que transcurre durante toda la película, no necesita de efectos especiales ni recursos superlativos. La sola historia transporta por si misma haciéndonos parte la trama. La posibilidad de que un hombre común y corriente, colega de trabajo y docente, tenga 14.000 años de edad es impensable por donde se mire, sin embargo las reacciones de los personajes hace la situación cercana y palpable.

Hard Candy es otra película delirante que puede hacer locuras con tu cabeza usando poco lo que hace uso el cine de habitual cartelera. Se estrenó en el Sundance Film Festival en 2005, uno de los festivales de cine independiente más importante de Estados Unidos. Más tarde la película fue comprada por Lionsgate, distribuidora de películas independientes que la hizo muy exitosa económicamente. Controvertida, cuenta la historia de una adolescente de catorce  años que tortura psicológicamente a un hombre de más de treinta, al cual supuestamente conoce por internet. Sexo y violencia aunque nunca se vea nada sexual ni descaradamente violento. Magníficamente narrada, una venganza deliciosa, como pocas. Opera Prima de David Slade.

Tape, película del año 2001 de Richard Lanklater, el mismo de la trilogía de Antes de… (amanecer, atardecer, anochecer). Grabada en apenas seis días y con tecnología digital, ofrece una puesta original y atrevida. Adaptación de una obra teatral de  Stephen Belber, deja de lado cualquier semejanza con las tablas para hacer de este único lugar, un cuarto de motel, una conflictiva rememoración de las miserias del pasado de tres amigos de secundaria.

Estas tres tienen en común bajo presupuesto, innovación en la realización, temáticas poco frecuentes y directores poco taquilleros hasta entonces. Las tres tienen pocas o únicas locaciones y son trabajos con los cuales sus directores se sentían comprometidos.

Tengamos en cuenta que no hemos ni rozado la comedia o géneros de terror, donde abundan tanto buenos como malos especímenes. Hay miles de títulos de los cuales hablar obviamente, pero serán visita para otra estación. Felizmente existe por delante una larga lista de directores que nos esperan con los brazos abiertos y sus equipos ansiosos de compartir sus atrevidas incursiones cinematográficas. Y ojalá sean cada vez más.

¡Salud! Por un cine atrevido, destemido, transgresor, genial e innovador. Por más y mejores películas que nos den más y mejores viajes… hasta una nueva estación, buenas pelis a todos.

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