Estación VII SIETE

Saludos a todos, queridos pasajeros de esta ya habitual Locomotora. Es un placer sentirlos por aquí hoy, donde la suerte y el destino están de nuestro lado. El Séptimo Arte nos reúne nuevamente, en esta séptima estación, el andén numero 7 los recibe. Bienvenidos.

La mística del siete nos ilumina hoy en una estación cargada de buenas vibras… y de buenas películas. Porque si de cine se trata el siete tiene marcado nuestro destino desde que el cine es arte y el arte es vida. El Sr. Canudo osaba, en el temprano 1914, en contra de todo un tradicionalismo, agregar una cifra más a las artes, y abrirnos las puertas del claustro sagrado, desde entonces, bienvenido siete a nuestras pantallas y vidas.

Pero el Séptimo Arte no puede darse el gusto de ser único depositario del privilegio septilineo (por llamarlo de modo raro). La cosa viene desde hace tiempo; desde la astronomía, la religión con sus virtudes salvadoras y pecados mortales, los gatos con sus vidas y hasta el arcoíris con los sabios de Grecia. Todos siete.

No faltará el loco que lo adore al siete como el que odia el trece,  y algún supersticioso que cuente hasta siete antes de alguna cosa o se tome siete tragos de otra cosa para curarse el hipo. El siete mis amigos, está hasta después del ocho. Y como no, en la pantalla también.

A lo largo de la historia del cine, han sido cuantiosos los que, por estética, ocurrencia, por algún motivo oculto o pacto de numerología, decidieron ponerle el siete al nombre de su película. Tal vez sea cosa de llamar la atención o la suerte, lo cierto es que podríamos hacer un listado bastante importante de films con este número, que se jacta de ser el más galancito; pero claro, como esto no es matemáticas, cuando de películas se trata, el numero puede o no sumar.

Nosotros no quisimos estar ajenos a la “onda del siete”. Nos tomamos la Locomotora y ya que nos tocaba la séptima parada, aprovechamos los sietes y nos tiramos a la arena. Luego de tachar varios títulos, nos quedamos con (obviamente), siete películas que nos han regalado diferentes directores que han decidido ponerle la firma al número.  En esta septología que preparamos, no estarán algunos clásicos que para muchos quizá hagan falta, y sobren quizá otros novedosos ejemplares cinematográficos. La idea fue hacer una selección representativa, a mi humilde criterio, de películas interesantes que nos ha dejado esta manía del siete, una recopilación de films muy  diferentes entre sí, de épocas distintas, regiones y países diferentes, con un único nexo: el número del título. En síntesis, una muy buena excusa para disfrutar cine.

Empezamos recorriendo muy atrás, y el motivo que lleva a guionistas o cineastas a ponerle el siete a la pantalla es muy diverso cada vez, en casos el título es arbitrario, y puede que exista solo para unirse a la moda del numero bendito, en otros casos está no solo muy bien justificado, sino que es un recurso más de la historia, de la imagen, del hecho artístico cinematográfico. Confieso que no fue simple elegir, para empezar opté por dejar de lado las películas basadas en hechos religiosos, por una única cuestión: muchas de las religiones que conocemos tienen al siete como número sagrado, perfecto; de manera a que lo dejamos para dar paso a otras opciones más novedosas. Lo siguiente fue tratar de darles un menú cinematográfico digno de un buen anfitrión: diverso, sabroso y de calidad. Afinen las pupilas gustativas y arranquemos este 7×7.

7.1 HUMOR. – Éranse los maravillosos años veinte, el director y actor Busten Keaton que ya llevaba más de 20 largometrajes encima con un humor que lo hizo reconocido y recordado, presentaba Seven Chances (1925). El realizador despliega una película que enmarca una época, un estilo, y gran parte de la conformación del humor estadounidense, que por añadidura es un humor con el que claramente nos identificamos también. Keaton al lado de otros nombres como el de Chaplin o Lloyd, marcaron la estandarización del gag humorístico, del slapstick y de la broma física. Seven Chances es una película donde estos recursos no solo aparecen, sino que llevan la trama de la película de comienzo a fin. Más de uno reconocerá en ella las mismas situaciones de las que nos seguimos riendo en episodios de Chespirito, Los Simpsons y hasta la última comedia de cartelera. ¿Los sietes? Por todas partes, nuestro protagonista y director interpreta a un hombre que ha heredado siete mil dólares, pero solo los recibirá si antes de las siete de la tarde de su cumpleaños número veintisiete está casado. Y para casarse… el pobre tendrá siete oportunidades de declararse y varios centenares de novias queriendo darle fin. Un ejemplar digno de verse.

7.2 AMOR – El año que llegó con la voz de Al Jonson para hacer la revolución de la sonoridad en la pantalla, trajo consigo también el estreno de la que para muchos es la primera gran historia de amor del cine americano: Seventh Heaven. El director estadounidense Frank Borzage no solo demuestra la gala del romanticismo sobre la cursilería, sino que además se consagra como el primer cineasta a ganar un premio Oscar como mejor director, en la primera ceremonia de los Premios en 1929. La película además se llevó el premio a mejor guión y a la mejor actriz (con toda razón) para Janet Gaynor. A pesar de ser una película muda en el año en que arranca el sonido, es delicada, intensa y bien contada. Una simbiosis de drama, humor y realismo, que pintada de claroscuros logra alcanzar una magia tan poco onírica como vigorosamente bella. Una magia terrenal posible a pesar de la miseria y la guerra. Déjense llevar por la secuencia que los guiará desde las alcantarillas de Paris al último piso, al Séptimo Cielo. La película estrenada en 1927, tuvo una nueva versión de manos de Henry King, (¿casualidad?) en 1937. No hay mucho que decir, es una historia de amor para ver y sentir.

7.3 ACCION EN ORIENTE – Aquí llegamos al clásico que no podía faltar. El que desee clavarme la katana porque le resulte obvia esta elección, pues me haré honrosamente cargo de la culpa. Los Siete Samuráis de Akira Kurosawa no podían estar ausentes, mucho más por geniales que por los siete. Estrenada en abril de 1954, varias versiones han salido este año en Blu-ray conmemorativos de los 60 años de la película, que merece estar en la cinemateca personal de cualquier cinéfilo que se precie de serlo. Además de un gran film, un derroche de belleza visual, arte narrativo, encuadres. Diálogos cortos y profundos como solo Japón nos puede dar, un recorte filosófico de humanidad. La cultura japonesa de la época, la idiosincrasia del campesino, su inocencia, su inmediatez, su tradicionalismo, pero al mismo tiempo su disciplina, coraje y supervivencia. La acción lleva el film hasta el límite en escenas de un montaje exquisito,  y deja el último plano como corolario de una reflexión mucho más profunda en la vida del Samurái. Obra de arte, hay que verla o verla.

7.4 LETRAS ARGENTINAS – Corría el año 1973, Los 7 Locos de Roberto Arlt llegan con la mirada cinematográfica de Leopoldo Torres Nilsson. En una Argentina dolida pos sus devenires político-sociales, los siete “locos” son anti-héroes en su lucha interna y en la aventura de encontrarse un significado en la vida. La película tiene más en la profundidad de la temática que en su calidad audiovisual, sin embargo la construcción de los personajes, sobretodo el protagónico en manos Alfredo Halcón, nos habla de un director que caló fuertemente en la interpretación, como una de las principales maneras de hacer surgir en la pantalla lo que había narrado Arlt. La película  crece con grandes actores como Norma Aleandro, Thelma Biral y Héctor Alterio; tiene la dificultad de que son los conflictos internos, y no las acciones las que llevan la trama. Es a mi parecer una adaptación en constante lucha entre narrativa y cine, los siete locos eran más que siete, como los tres mosqueteros, sin embargo es una pieza que vale la pena verse.

7.5 ASESINOS – Pecado sería no ponerla en la lista. SE7EN, obra de David Fincher de 1995, es una clase de cómo abordar la temática de asesinos seriales en el cine. Los que hemos visto series como Criminal Minds, (que destaquemos es 10 años posterior a Seven y ya viene con otras influencias) nos encontramos ante la sensación de que luego de eso, muchas tramas resultan insulsas, obvias; personajes poco complejos, narrativas que nos dejan sedientos.  Seven es todo lo contrario, los personajes, los diálogos, las escenas, cada construcción fue hecha con sangre fría y cuidado. El montaje y la construcción del director  mantienen el constante límite entre la curiosidad, la intriga y el sudor en la nuca. Las actuaciones, geniales. Destaco a Kevin Spacey en un papel que hace que más de uno también quiera meterse a concretar su macabro plan. Los demás ni merecen comentario, un derroche de buen trabajo. Pitt, Freeman y Paltrow protagonizan diálogos sublimes, como la secuencia de la cena en casa del detective Mills. La fotografía trabajada con el proceso entonces llamado “bleach bypass” aportó a generar el medio decadente y hostil donde los 7 pecados capitales hacen sucumbir a la humanidad. Los créditos son otra gran decisión. Kyle Kooper es autor de la secuencia que ya antecede lo escalofriante y enfermo del film. Demás está decir que no la descarté con otras de tinte religioso por el único motivo de que los 7 pecados aquí no son locura del título, son locura del personaje.

7.6 LATINOAMERICANA. – A pesar de los títulos oriundos de Paraguay que se han ganado premios importantes, como el caso de la ya famosa Hamaca Paraguaya, el cine comercial todavía tenía esa deuda con su público aferrado a los títulos extranjeros en las carteleras. Luego de largos conflictos históricos, políticos y sociales, el nacimiento de una industria cinematográfica propia seguía siendo la tierra prometida de muchos realizadores sedientos de contar sus historias al mundo. Tana Schémbori y Juan Carlos Maneglia dieron sin dudas una vuelta de tuerca en 2012 con 7 Cajas. La película premiada en numerosos festivales internacionales es realista, contada como debería ser, en el Jopará (mezcla de guaraní y español, ambos idiomas oficiales de Paraguay) y repleta de idiosincrasia propia. Un film que no quiere parecerse a otros, no quiere ser más que lo que es: un retrato dual y complejo del día a día en el submundo del Mercado 4, un lugar de la capital paraguaya donde se compran y se venden verduras, mercancías, tiempo, y hasta almas; como en cualquier otro lugar.  Las 7 cajas van a parar en manos del carretillero Víctor (Celso Franco), que sin saber qué lleva, se ve metido en una historia que no esperaba. El Mercado trae sorpresas para Víctor, su hermana, para nosotros y para el cine paraguayo, que demuestra estar a la altura de ofrecer buenas historias, actuaciones frescas y películas con sabor a propio: compleja, sazonada de humor, drama y acción.

7.7 DIVERSIDAD –  Y como último plato les reservé este coctel de sabor y exquisiteces provenientes directamente de La Habana. Una obra de arte proveniente de 7 directores: Benicio del Toro, Pablo Trapero, Julio Medem, Elia Suleiman, Gaspar Noé, Juan Carlos Tabío y Laurent Cantet, cada cual contando una historia distinta, desde un lugar diferente de la mítica Habana. Los siete cortometrajes que conforman la película representan a cada uno de los siete días de la semana, una producción franco- española también del 2012. Las más de dos horas de film nos llevan a circular por cuestiones de la Habana profunda, costumbres, verdades, deseos, sueños; pero también recorren el dolor, la soledad y hasta la crueldad de la existencia. Intenso, delicioso por la mezcla de acentos y la variedad temática; por la congruencia de visiones de 7 directores que muestran a su manera un mismo rincón del mundo, tan distinto según las subjetividades de cada uno. Historias y actuaciones muy palpables, ocurrencias como tener a Emir Kusturica actuando de sí mismo y deambulando por la isla cubana, se rozan con ritos religiosos, tradiciones ancestrales, la modernidad, la política, la necesidad y el amor. 7 sabores, 7 nombres, 7 historias, 7 miradas. No me pueden decir que no.

Y es así como llegamos al último de nuestros siete escalones de hoy. Ahora que los tengo ahí ubicados nuevamente en sus asientos, espero que esta pequeña ensalada de sietes les ofrezca una buena guía para disfrutar de mucho cine y deleitarse con grandes historias, que al final, es a lo que venimos.

¡Que los sietes se sumen a la buena vida y a su buena suerte! Nos vemos en la próxima estación.

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